Alquimia es un vocablo de orígen árabe que significa «química» o sea que es precursora de la ciencia moderna. En el proceso de transformar y espiritualizar la materia, manipulaban las fuerzas sutiles de la vida y elevaban su estado de conciencia.
La Aromaterapia trabaja con los Aceites esenciales que son concentrados de la fuerza vital de las plantas. No solo contienen elementos quimicos, también contienen la energía del reino vegetal. Estos elementos químicos naturales son los que estimulan los sentidos y producen los cambios que necesitamos para nuestra sanación.
A medida que nos introducimos en el conocimiento de los Aceites esenciales descubriremos como las fragancias naturales influyen positivamente en las emociones. De hecho siempre existe una esencia o mezcla de esencias que armoniza con nuestra alma y satisfacerá nuestras necesidades interiores de calma, estimulación, sensualidad, espiritualidad y muchos otros estados de ánimo.
Muchos grandes escritores y poetas han descubierto el poder oculto que tienen las fragancias para facilitar el pensamiento y la creatividad, incluso los hacen mas contemplativos, como es el caso del Incienso.
El antiguo perfumista era una especie de brujo, hechicero o sacerdote que aplicaba sus conocimientos de alquímia para crear fórmulas con plantas y sus Aceites esenciales que elevaban el espíritu y conectaban con los dioses. Se decía que los sacerdotes egipcios eran muy renombrados por sus conocimientos, que sabios y médicos de todo el mundo antiguo los consultaban para estudiar medicina, perfumería, y «sus misterios».
Podriamos encontrar en la historia una secuencia interminable de historias en las que los perfumes fueron los protagonistas de hechos que marcaron la vida de generaciones, por lo que podemos afirmar que estamos en presencia de sustancias aromáticas que producen realmente una alquímia de emociones y sentimientos en el ser humano.