Me encanta el mundo de los aromas y los perfumes, por eso me he dedicado a recorrer sus caminos a través del conocimiento de los Aceites esenciales. Lo cierto es que una vez que te adentras en el arte de combinar aromas, te encuentras con la «Alquimia del perfume».
Según los alquimistas, los Aceites esenciales tienen alma y a la hora de combinarlos entre sí empieza a suceder la magia que nos embriaga con aromas exquisitos, si sabemos como utilizar todos los componentes a través de los principios de la perfumería.
Es un arte muy antíguo y misterioso, que es maravilloso practicar por todas las gratificaciones que ofrece al momento de hacer tu propio perfume. Para ello, para saborear las mieles de la alquimia del perfume, debemos prepararnos para hacerlo de manera correcta.
¿Qué es un perfume?
Es una composición de uno o más ingredientes aromáticos disueltos en una sustancia vehicular, siendo ésta casi siempre el Alcohol de cereal, aunque también puede ser un Aceite vegetal.
Si hablamos de perfumes comerciales, se utilizan sustancias aromáticas creadas en laboratorio, lo que llamamos «sintéticas» que pueden estar combinadas con Aceites esenciales puros, creando así aromas intensos y únicos pero no naturales, que también tienen un fin terapéutico.
Si hablamos de aromas naturales y producir esa alquimia del perfume tan deliciosa, tenemos que asemejarnos a los antiguos alquimistas quienes llamaban a la combinación aromática como un «matrimonio de esencias».
¿Cómo clasificamos a los perfumes?
Los podemos clasificar según dos características principales: su fragancia y su intensidad.
Su tipo de fragancia: depende de los ingredientes que usamos para hacer la sinergia aromática. Se relacionan con el estilo de la fragancia y su persistencia. Algunas de estas familias aromáticas son:
- Florales: El corazón de la fragancia está compuesto principalmente por un blend de diferentes flores.
- Una sola flor: la protagonista es una sola flor, como en el caso de los perfumes de Rosa, Jazmín o Lavanda, entre otros.
- Orientales: son aromas exóticos, dulces, sensuales y muy persistentes.
- Cítricos: son perfumes frescos, agradables, para clima templado o caluroso, poco persistentes.
Su intensidad: esto depende de la cantidad de esencia que está presente en la fragancia. Los perfumes más intensos tienen un mayor tiempo de maceración, el volumen de los frascos es más pequeño y su precio es más elevado. La alquimia del perfume según su intensidad se clasifica en:
- Parfum: es la fragancia más concentrada. La concentración de esencia en alcohol es de un 20% a un 30%. Tiene una gran persistencia y se usa más en climas fríos.
- Eau de parfum: es la fragancia de mayor persistencia, de precio elevado, también indicada para climas fríos. Su concentración es entre un 12% a 15% de esencia en alcohol y agua.
- Eau de toilette: es la fragancia más común, por su costo-beneficio. Ideal para climas templados y su concentración va de un 8% al 12%. Esta es la forma más indicada para elaborar los perfumes de manera artesanal.
- Eau de cologne: es lo que conocemos como «agua de colonia», su intensidad es de un 3% a un 5% en alcohol y agua y su persistencia es baja. Ideal para climas cálidos porque refresca la piel.
- Eau fraiche: se llama «agua fresca» ya que contiene gran cantidad de agua y su concentración entre el 1% y el 2%. También lo encontramos como «body splash», para colocar y vaporizar en todo el cuerpo.
Con estas consideraciones ya vamos perfilando la alquimia del perfume y podemos elegir que tipo de concentración y fragancia nos gusta más para ponernos manos a la obra y hacernos con los ingredientes y técnica para elaborar el perfume que nos inspire.
En la Parte II te enseñaré cómo elaborar tu perfume artesanal.
«El perfume es la forma más intensa del recuerdo»
Jean Paul Gaultier
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